Es tan duro ver como tu torre fortificada se ha caído... es tan horrible ver que tus cimientos no han sobrevivido a la tempestad, que cada paso dado, cada ladrillo puesto cada lagrima derramada y cada gota de sudor no ha servido para nada, como es tan difícil encontrarse en medio de las ruinas de tu propio fracaso, como es tan doloroso saber que eres el único al que le duele tanta catástrofe.
Es muy doloroso decirle adiós a la persona que amas pero es mucho más doloroso compartir tu vida con alguien que ha perdido el interés en ti, alguien a quien no le importan tus sentimientos, tus lagrimas, tus risas y mucho menos tu dolor.
Es muy difícil poner punto y final pero los putos suspensivos me estaban matando y aunque la herida se borre la cicatriz seguirá ahí recordándonos por que ese verano frió nos fuimos capaces de luchar por lo que en primavera hubiéramos matado, nos recordara lo cobardes que somos lo indefensos que podemos llegar a ser ante la adversidad, la necesidad que tenemos de sentirnos queridos pero cuando nos acordemos de todo esto ya sera demasiado tarde porque la noche oscura habrá llegado a su fin y los rayos de sol alumbraran el corazón destrozado de tu alma, no sera hoy ni mañana pero ojala ninguno nos perdamos por el camino de la vida que tan cuesta arriba se nos hace,a veces y seamos capaces de continuar tristes, pero solos andando separados aunque nuestros corazones no estén del todo de acuerdo, algún día les pediremos perdón por tanto daño recibido.