viernes, 28 de febrero de 2014

Sin que suene el despertador

Llevaba ese vestido blanco y negro, que te gusta tanto unos tacones de vértigo, pintada como a ti te gusta con la rallita de los ojos y el pelo liso solo de verlo tenias ganas de tocarlo. En la cara llevaba la sonrisa pintada, tu ibas tan guapo como siempre nunca dejas de sorprenderme conjuntando camisas con corbatas, parecía un anuncio tu me viste al otro lado de la calle, llevabas en una mano una margarita y en la otra un sobre, corriste hacia mi y me abrazaste como si no nos hubiéramos visto en años, me pusiste el pelo detrás de la oreja, como a ti te gusta, me dijiste lo guapa que iba y lo que me amabas, justo en ese momento fue como si mi mundo se parara y todo lo demás no importara, que mi permanente estado de alerta hubiera desaparecido por un momento que no girara yo alrededor del mundo si no que el mundo girara en mi rededor.
Y ese es mi sueño de todas las noches, repetitivo, bueno a veces cambio el color de tu corbata, pero en general es lo mismo. Estoy cansada de vivir en un permanente estado de sueño quiero llevarlo a la realidad, quiero gritarle al mundo que se equivoco, al no apostar por nosotros quiero decirles a todos aquellos que se reían que, miren donde están ellos y comparen con donde estamos nosotros, quiero gritar perder la cabeza, volverme loca pero a tu lado y no en un sueño por favor, vamos a llevarlo a la practica cosas peores hemos hecho, convirtamos nuestro sueño en realidad sin que suene el despertador.
 

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